¿Quién hubiese imaginado que Keith Richards llegaría a una edad suficiente como para jubilarse? No es menos notable que Ron Wood, su colega en los Rolling Stones, también celebrase ayer, viernes 1 de Junio, su cumpleaños.
“Todavía no me siento de esa edad”, dijo lacónico al diario británico “The Guardian”. El delgado guitarrista de los Stones encarnó como nadie el estilo de vida de “sexo, drogas y rock’n“roll”, pero en la actualidad está atravesando una de sus fases más creativas: es un reconocido pintor, un premiado locutor de radio con su propio programa de música y acaba de descubrir su faceta como cantante con su más reciente disco en solitario; “I Feel Like Playing”.
Está tan ocupado que cuando se le pregunta a su agente sobre cómo Wood piensa celebrar su cumpleaños, sencillamente contesta “ni idea”.
DE MUJERES Y OTRAS ADICCIONES
Probablemente lo haga con su actual compañera, la modelo brasileña Ana Araujo, de 30 años, con la que parece que Wood estabilizó su vida. El cantante estuvo casado 24 años con Jo, madre de dos de sus tres hijos. La abandonó cuando en 2008 saltó a los titulares la relación con la rusa de 20 años Yekatarina Ivanova, con la que volvió a caer en la bebida. El “affaire” concluyó en diciembre de 2009, cuando la estrella de rock, ebrio, estranguló e insultó a “Katia” en plena calle.
El alcohol tuvo siempre un lugar destacado en la vida de este artista múltiple. Hijo de una familia de gitanos pobres que vivía a las afueras de Londres, Ronald David Wood no sólo heredó de su padre el talento musical, sino también la familiaridad con el alcohol, pues casi todos bebían.
Cuando apenas contaba 14 años, “Ronnie” comenzó a emborracharse con brandy y whisky. También otro tipo de drogas se convirtieron en una normalidad para él. “Marihuana, cocaína, heroína, pero por suerte nunca me metí una aguja. Eso fue lo que me salvó”, dijo en cierta ocasión al diario “Independent”.
Wood, un fumador empedernido y buen conocedor de vinos, admitió que probablemente ha gastado 20 millones de libras (unos 31 millones de dólares) en alcohol y drogas.
RITMOS DE ESCAPE
La guitarra fue siempre su tabla de salvación. Con 17 años arrancó su carrera con los Birds, el principal grupo británico de la época de rhythm and blues.
A fines de los ’60 su bajo marcó el legendario Jeff Beck Group. Y antes de que Wood entrase a formar parte en 1975 de su soñado grupo, los Rolling Stones, heredando la vacante del principal guitarrista Mick Taylor, también hizo historia en el rock junto con Rod Stewart en The Faces.
Participó con Bob Dylan en el Live Aid en 1985, tocó con Eric Clapton y fue amigo de Bob Marley y Jimi Hendrix, mientras que Janis Joplin fue tras él en una fiesta. Lo único que se le pasó, afirma hoy en día Wood, fue “no haber tocado nunca con Elvis”.
Desde hace 37 años es miembro de los Stones, los primeros 17 como “contratado”, es decir, un empleado con salario mensual en lugar de tener una participación en las ganancias.
No era el principal guitarrista, porque Ronnie era demasiado imprevisible. Pero la canción “It’s only Rock “n” Roll” procede de su pluma y hay varias que sacaron provecho del sentido del ritmo que Woods siempre tuvo con la guitarra. Y como talentoso mediador supo pacificar en varias ocasiones las continuas peleas entre Mick Jagger y Keith Richards.
CUANDO DEJÓ DE RODAR
Entre los fans de Wood figuran el ex presidente de Estados Unidos Bill Clinton y el actor de Hollywood Jack Nicholson. Ambos aman además sus dibujos y sus óleos, desde caballos hasta retratos.
Por las obras de Wood se pagan precios que superan el millón de dólares, con lo que hace más dinero con ellas que cuando trabajaba como empleado con los Stones. Recientemente comenzó a descubrir arte para el iPhone y el iPad.
Wood cumple 65 años y parece que se ha sincerado consigo mismo. Tras un último (por ahora) exceso, lo “secuestraron” el astro del billar Ronnie O’Sullivan y el artista Damien Hirst.
Se reconcilió con sus hijos, que dejaron de relacionarse con él cuando abandonó a su segunda esposa Jo por Katia. También hoy Jo vuelve a hablar de él como “su mejor amigo”. Estar de nuevo sobrio le viene bien: “Estoy mucho más loco y soy mucho más creativo cuando estoy sobrio”.
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