El regreso de la formación original de Black Sabbath, que empezaba a grabar su primer disco tras 33 años, sigue en la cuerda floja. Primero lo esombreció la triste noticia de que Tony Iommi, el guitarrista de la banda de heavy metal, padecía un cáncer linfático. Ahora, después de que el grupo decidiera mudar sus sesiones de grabación de Estados Unidos a Reino Unido para facilitar la comparecencia de Tony, es Bill Ward, el batería, quien amenza con abandonar el tren.
El músico ha publicado un comunicado en su página web donde dice que nada le haría más ilusión que embarcarse en ese nuevo disco y posterior gira con Tony, Ozzy Osbourne y Greezer Butler.Pero su dignidad se lo impide. "No lo hago por codicia, por llevarme un trozo más grande del pastel (dinero)", explica. Según Bill, el contrato que le ofrecen sus compañeros es, sencillamente,"infirmable". E intuye que si no acepta esas condiciones (no especificadas), seguirán haciéndole el vacío. "No es la primera vez que me marginan", confiesa. Con un tono emocionado, el rockero se dirige a los fans de Black Sabbath. "Lo último que quiero es defraudaros", matiza. Y continúa: "Quiero un contrato que muestre respeto hacia mí y hacia mi familia, un contrato que honre todo lo que he hecho por Black Sabbath desde sus principios". También pide a sus seguidores que si es reemplazado por otro batería, no lo responsabilicen por frustrar la reunión de los miembros originales.
4 de febrero de 2012
El regreso de Black Sabbath en peligro
4.2.12
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