Fueron 18 meses de larga batalla contra un cáncer de cólon e hígado. El cantante del grupo The Bee Gees, Robin Gibb, ha fallecido a los 62 años de edad. Y el destino ha querido que la misma enfermedad que acabó con su hermano y la banda, acabara con su vida.
En el año 2003 su hermano Maurice falleció mientras se sometía a una complicada intervención para corregir la misma afección intestinal. Gibb no ha sobrevivido a la misma operación. En los últimos meses su estado de salud ya era bastante complicado. El pasado 22 de abril estuvo apunto de morir tras un coma causado por una combinación de enfermedades que casi le cuestan la vida.
Gibb recibió entonces tratamiento para el cáncer de colon, que se encontraba en estado avanzado, neumonía e insuficiencia hepática. Pero despertó y los médicos se mostraron muy sorprendidos por su recuperación.
“La familia de Robin Gibb de los Bee Gees anuncia con enorme tristeza que Robin ha muerto como consecuencia de una larga batalla contra el cáncer y una operación intestinal. Pedimos que su privacidad sea respetada en estos momentos tan difíciles”, reza el comunicado enviado a los medios por la familia del artista.
La formación de los Bee Gees, que se fundó en la Isla de Man (Reino Unido), y en la que también estaba el hermano mayor Barry, fue uno de los grupos más famosos de los años 70 y 80, con más de 200 millones de discos vendidos y temas tan conocidos como 'How Deep is your Love' o 'Stayin' Alive'.
Fiebre del sábado noche
Empezaron como un grupo de pop vocal en 1967 cosechando éxitos como 'To love Somebody'. Sin embargo el peso de la fama pudo con ellos y Gibb abandonó la formación en el 69. Durante algo más de un año estuvieron fuera de la escena pública y se llegó a hablar de la disolución de la banda hasta que en 1971 Gibb vuelve con ideas renovadas. Comienza un idilio con la música disco que les llevaría a formar parte de la historia.
Su momento de gloria llegó en el año 1977, cuando escriben por encargo gran parte de la banda sonora de 'Fiebre del sábado noche', película que convertiría al por entonces jóven actor John Travolta y a la banda, en mitos.
The Bee Gees - Staying Alive
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