Parece que fue ayer cuando era jueves, y sin darnos cuenta hemos llegado al final del Bilbao BBK 2012. El sábado partía en desventaja en comparación con los anteriores días. La falta de un claro cabeza de cartel (como lo habían sido The Cure y Radiohead) dejaba un pelín huérfana a la jornada final.
La asistencia fue menor y se notaba. Se podía caminar con tranquilidad, no como el viernes.
Tocar a las 6 de la tarde no es plato de buen gusto, pero Corizonas llenó el escenario 1 con su interesante apuesta. La combinación de los Arizona Baby y Los Coronas es todo un acierto y el show fue genial. Estuvieron comunicativos y animaron a la gente a creer en lo que quieran aunque los tiempos pinten duros.
Eli “Paperboy” Reed sonaron contundentes y entregados, con un líder que no paró quieto y una banda que sonó realmente bien. El público, algo perezoso, le costó moverse al escenario 2, pero finalizaron aplaudiendo al de Boston.
Sin tiempo para descansar, el escenario 1 congregó al público para ver el concierto de los escoceses The View. Transmitieron gran frescura con su pop-rock,
Glasvegas eran una de las apuestas fuertes del día. Ofrecieron un concierto con ritmos algo oscuros y duros.
Keane, uno de los grupos que más apetecían ver, no defraudaron. Son capaces de hacer un concierto de hit tras hit, con baladas y medios tiempos y sin aburrir. Su pop elegante, limpio y profundo gustó.
Supersubmarina podrían haber llenado dos Carpas Vodafone. El tirón de estos chicos es bestial y sonaron a gran nivel. Fueron una competencia dura para Glasvegas y su concierto tuvo de todo (incluso un “afectuoso” recuerdo a la señora Fabra).
Garbage demostraron, junto a Keane, por qué sus nombres eran más grandes que los de los demás en el cartel. Dieron un show contundente y a la altura de lo que se esperaba de ellos.
Sum 41 cerraron muchas bocas de sus detractores con un bolo lleno de tralla e himnos. Han recuperado la frescura perdida en el anterior disco y supieron combinar temas nuevos y clásicos.
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